APERTURISMO DEL GIGANTE ASIÁTICO
Pekín «desata» a la doctora del sida
26/02/2007
El Gobierno chino permite a Gao Yaojie, quien desveló contagios del VIH en quirófanos, recoger un premio en EE.UU.
A Gao Yaojie le llaman «la doctora del sida». Tiene 80 años y el 14 de marzo estará en Washington para recibir un premio de Vital Voices. Presidida por Hillary Clinton, esa institución fue creada para apoyar a las mujeres involucradas en el desarrollo social de sus países.
Gao ha sido premiada por su activa campaña contra el sida en China. Pero no pudo confirmar de inmediato su asistencia. El pasado día 1, cuando salió de su casa en Henan para tramitar su visado, le fue denegado.
La doctora Gao se hizo conocida en los años 90 por denunciar el masivo contagio de sida en la provincia de Henan, debido a transfusiones de sangre contaminada, y la vinculación de autoridades locales con el tráfico de sangre ilegal.
El Gobierno chino teme que activistas como ella estropeen la imagen de democratización y apertura que intenta consolidar. Pero la presión internacional logró el pasado día 20 que las autoridades le concedieran el permiso. «Estoy contenta de escuchar que nuestra petición al presidente Hu Jintao, para que la doctora Gao pueda viajar a Washington, haya sido aprobada», dijo Clinton.
Según datos oficiales, en el 2005 en China vivían 650.000 afectados por la enfermedad. Ana R. Monegal, consultora del programa español del sida, asegura que «Pekín siempre ha mantenido un claro hermetismo en torno a sus políticas sanitarias», aunque «su postura ha mejorado en la última década». China ha permitido la entrada de entes especializados, sobre todo en las regiones del sur fronterizas con el Triángulo Dorado (Tailandia, Birmania y Laos), enclave de la producción de heroína. Allí el Ejecutivo ha intensificado las campañas de prevención de contagio y las educativas.
La campaña de la ginecóloga Gao empezó en 1996, cuando la primera paciente afectada por el VIH acudió a su consulta. Al descubrir que había sido contagiada en una transfusión de sangre en una operación, se dio cuenta de que existía un banco de sangre infectado y que mucha gente de Henan podía estar en la misma situación. «Gasté 500 yuanes (50¿) de mi bolsillo -todo lo que tenía-», escribe Gao en su web, «para comprar material educativo de prevención, y lo repartí por Henan». La ignorancia de la población la sorprendió. «Había personas que asociaban la enfermedad con una actitud sexual promiscua», escribió.
Un periodista chino publicó en 1999 que la principal causa de expansión del sida eran las transfusiones de sangre contaminada. Las autoridades de Henan, por miedo a verse implicadas en el escándalo, han prohibido a Gao mantener contacto con periodistas varias veces. Ella está acostumbrada a tener que cancelar sus citas internacionales. En el 2001 se le prohibió ir a Washington para recoger un premio de la ONU, y en el 2003, pese a ser nombrada «ciudadana china ejemplar» se le impidió ir a Filipinas.?«Afortunadamente, mantengo la mente clara, o el Gobierno me convencería para que contara historias falsas en su favor durante la cena», comentó Gao al enterarse de que podrá volar a Washington.
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MAS DATOS:
Gao Yaojie, máxima figura en la lucha contra el sida en China.
Tras varias semanas de retención domiciliaria, Gao Yaojie, la principal figura de la lucha contra el sida en China, anunció ayer que viajará este lunes a Washington para recibir un premio por su labor y recordó que el virus ha causado en su país más muertos que la Segunda Guerra Mundial.
"Los muertos a causa del sida puedo decir sin exagerar que superan en número a los fallecidos durante la Segunda Guerra Mundial en China", asegura con voz firme y masculina Gao Yaojie, ginecóloga retirada de 80 años, en una entrevista en la habitación de su hotel en Pekín. Sin embargo, el Gobierno sostiene que los afectados por el sida son menos de 800.000.
Diminuta y vivaz, esta mujer se ha convertido en los últimos 22 días en una molestia para el ejecutivo chino desde que se supo que la fundación Vital Voices, presidida por la senadora Hillary Clinton, le había concedido un premio por su labor contra el sida.
Desde el 4 de febrero las autoridades de la provincia de Henan la retenían en su casa de Zhengzhou, pero la presión diplomática y mediática han hecho ceder finalmente al gobierno chino.
"No es que sea valiente, es que con 80 años ya poco me importa", declaró la doctora en la entrevista. "Ha habido avances, esto no habría sucedido hace diez años -dijo al referirse a su viaje- pero si no fuera por el revuelo que he causado, la gente seguiría pensando que el sida en China se ha resuelto".
En 1996 Gao Yaojie descubrió por casualidad en Henan la peor epidemia de sida que se ha registrado en China y, que se sepa, en el planeta, y desde que en 2000 lo explicó a la prensa extranjera no ha dejado de recibir presiones.
Una lúcida Gao Yaojie explica a punto de romper a llorar el calvario de estos días: "Me han traído mucho dolor, más que cuando trabajaba como médico. Esa presión era sólo mía, no tenía miedo. Pero ahora no deberían seguir presionando a mis familiares, sobre todo a mi hijo, que hasta se ha arrodillado ante mí para disuadirme de viajar a Washington".
transfursiones contaminadas El escándalo de Henan fue documentado con detalle por el periodista Pierre Haski en su libro La sangre de China donde explica cómo entre los proyectos para "desarrollar" esta provincia de 100 millones de habitantes estaba la compra de sangre a los campesinos más pobres.
Los 400 centímetros cúbicos que se extraían a cada uno por toma (a 4 dólares el litro) eran centrifugados mediante un sistema llamado plasmaféresis, de manera que se le devolvía al campesino sus glóbulos rojos para no perder fuerza, pero en la mayoría de casos se mezcló la sangre de varios donantes. Como consecuencia se produjo una difusión masiva del virus VIH y de la hepatitis B y C. La censura sobre el caso impide cifrar los afectados, pero se calculan entre 300.000 y dos millones.
"El sida en China tiene un patrón de transmisión diferente que en el extranjero. Yo he visitado a miles de enfermos en el campo, y en China la principal vía es a través de la sangre, por la venta y, hoy en día, por la transfusión de sangre contaminada".
Sin embargo, todavía no se han exigido responsabilidades políticas ni legales. "A mí no me interesa la política", asegura Gao. "Creo que lo que fastidia al Gobierno es que hable de los casos que ha habido por sangre infectada".
"En China existe transmisión por uso de jeringuillas de drogadictos y por vía sexual", como sostiene el Gobierno, "pero lo que yo denuncio es la gravedad de los casos por transfusiones". Sólo en octubre de 2006 Gao recibió 40 cartas de infectados que habían contraído el sida por transfusión de sangre infectada.
"La situación ha mejorado en relación al pasado, antes se negaba la existencia del sida en China, ahora el gobierno lo admite", pero sólo algunos casos localizados, cuando en realidad "existe por todo el país, en el norte y oeste la situación es muy grave. Es imposible que ustedes puedan saber la verdad".
Durante su encierro Gao recibió la visita de al menos 20 funcionarios para disuadirla de viajar a Washington, además de tener que ser fotografiada con ellos por la prensa local como parte de una campaña para acallar las denuncias de los medios extranjeros.
"Me han prohibido hablar con la prensa extranjera, dicen que sólo publicáis mentiras. Pero yo creo que miente la prensa de Henan".
Gao explica cómo los enfermos de sida son discriminados, silenciados, acosados y mueren solos al no tener acceso a tratamientos ni dinero para acudir al hospital: "La presión que sufro yo no es importante, lo que importa es que mucha gente ha perdido la vida, y sólo se vive una vez".